Lo moral y lo bello


Una vez, en las “redes”, seguí a un escritor, en cuyo muro comentaba, entre otras cosas, series de televisión sentando cátedra con juicio inamovible. Tenía un cierto gusto por las de mafiosos y narcotraficantes, de malos  a fin de cuentas basadas muchas en la realidad, series que yo no soy capaz de disfrutar porque no llego, en mi limitada forma de ser, a discernir el mensaje estético del moral….

El Escritor (le llamaré con mayúscula, se lo merece) es de esas personas que solo conjugan los verbos en primera persona de singular…… Se quejaba de no haber alcanzado el éxito, de no tener demasiados lectores, y cuando hablaba de si mismo solía matizar que, estando sus orígenes en la poesía, lamentaba que lo hubieran encasillado como autor de género….

Del Escritor, como persona, al menos en lo que traslucía en sus opiniones personales, solo puedo decir que me decepcionó la mezcla de petulancia y talento, aunque no negaré que sus obras están escritas en un castellano excelente  y sus argumentos suelen ser brillantes. Quizá, para mi pacato gusto pueblerino, tiene una cierta afición al sexo que nada aporta y que encanalla a sus personajes.

Lamentablemente tengo la costumbre de comentar lo que leo, me gusta que el autor que escribe sepa que se le lee y aprecia, pero el Escritor no solía contestar, no a mi al menos. Entre su amplia caterva de sus seguidores uno, le llamaré Q, me impresionó, puesto que siendo brillante y blanco, no solo le seguía sino que se le adelantaba. Me explico. Q tenía y tiene la virtud de leer y recordar, y además lee a una velocidad tremenda. En una ocasión, pidió opinión sobre Stephen King, y a los pocos días había ya devorado casi toda su obra y comentaba lo que le gustaba o lo que no… (yo creo que un solo libro de King me llevaría seis meses si es que tuviera el dudoso gusto de leerlo).

Q es brillante, agradecido y se le ve atento. La única pega es esa admiración hacia el Escritor que roza el desafuero. El Escritor nunca comentaba sus escritos salvo si tenían relación con él. Q no le escatimaba elogios y en ciertas fechas reproducía párrafos de las obras del Escritor que venían al caso, si era Navidad caía algún párrafo que trascurría en Navidad y así en cualquier otra fecha que pudiera identificarse en los libros, y este, el Escritor, como mucho comentaba “qué bueno es el jodío escribiendo” alabando no a Q por su capacidad de memoria y por rendirle ese mínimo pero real homenaje, sino alabándose a si mismo sin mesura ni ironía…. Pero nunca le vi comentando nada de Q como persona, no parecía ni siquiera ver que Q existe fuera de su apasionada admiración hacia él... Recuerdo que, en una ocasión, e inspirándose en una novela que acababa de publicar este, Q compartió una música que había compuesto y le preguntaba qué le parecía. No mereció ni un me gusta ni menos un somero comentario. A veces me pregunto si Q se dará cuenta y no le importará con tal de mendigar algo de atención ocasional de aquel a quien reverencia, o en su admiración no percibe lo que otros vemos.

Con el tiempo dejé de leer al Escritor y no volví a comprar ninguno de sus libros. Al igual que me pasa con las series de mafiosos y narcos  creo que mis limitaciones de toda índole no me dejan separar lo estético de lo moral. ¿Puedo leer y disfrutar a un escritor, con una voz tan personal como bella y poética, si pienso y siento que detrás hay un borde egocéntrico?

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