miércoles, 23 de febrero de 2022

Libros que circulan

 

Hicimos un expurgo en casa, recogiendo todos los libros que teníamos duplicados y en buenas condiciones y los apartamos. La idea era llevarlos al Hospital y dejarlos en la mesa para libros de lectura de enfermos y acompañantes. Pero al llegar la pandemia aquel proyecto se truncó. Durante dos años mis libros han estado en un par de bolsas esperando su destino. Por el covid ya no se puede llevar libros al hospital y me parece razonable.


Cada día, desde hace una semana, voy dejando un libro, solo uno cada vez, en el banco que hay enfrente de mi despacho, son ediciones de tapa dura en unos casos, de rústica en otros, y como he dicho todas en buen estado.


Cuando salgo de trabajar el libro ya no está. 


Quiero creer que quien lo haya recogido lo sabrá valorar, quizá lo lea ahora o lo reserve para un futuro, quizá en algún momento lo vuelva a dejar para otro lector o bien al contrario lo atesore con la avaricia que todo lector ha sentido alguna vez. Pero que quiera creerlo no significa que la fortuna del libro no haya sido otra y quizá se vea arramblado en un contenedor o destrozado por un coche


En todo casó Steinbeck, García Márquez, Pablo Neruda, Marguerite Yourcenar, Federico García Lorca son algunos de los autores que puede que en estos momentos estén siendo leídos con la ilusión con que lo hice yo una vez. 


De alguna manera, como dijo Javier Marías todos hacemos nuestra biblioteca de los libros de otros.


viernes, 18 de febrero de 2022

El árbol envenenado

 

El caso actual de la crisis en el Partido Popular, que no sé si es hoy muy popular pero sí que está partido, me recuerda algo de lo que no se está hablando demasiado: la doctrina de la prueba prohibida.

 


El PP dice que alguien le dio traslado de una información que por los datos fiscales y bancarios que contenía solo podría haber salido de una institución pública y por tanto vulnerando la privacidad de la persona y la protección de los datos. 


A raíz de ese informe con datos de terceros obtenidos de forma irregular por la persona que se lo facilitó, el partido pone en marcha una investigación interna propia de Mortadelo y Filemón, que bloquea la celebración del congreso del partido en Madrid  y termina saliendo en los periódicos y haciendo estallar una crisis de sainete, pero de consecuencias imprevisibles.

No sé el fondo de verdad ni de lo que se cuenta  ni de lo que se intuye, pero hay un razonamiento que me pone nervioso: ¿por qué el partido no denunció?  Es claro que la prueba obtenida ilegalmente no puede prosperar y todo lo que de ella deriva está viciado y no puede ser acogida por los tribunales.

 A veces en los juicios de divorcio uno quiere que aporte los extractos bancarios del otro, cartas del banco que llegaron al domicilio cuando su destinatario ya no habitaba y que el cónyuge abrió sin permiso y de las que pretende valerse. A veces las policía pregunta a un detenido sin haberle leído sus derechos y pretende usar esa información . En ocasiones los agentes entran en una vivienda con permiso del dueño (un familiar) pero no de quien habita en exclusiva y quieren usar lo obtenido como prueba. Son todos ejemplos de prueba prohibida que puede derivar en responsabilidades de diversa entidad.

La doctrina de la prueba prohibida es de origen estadounidense: de un árbol envenenado solo se puede obtener manzanas envenenadas, también se la conoce como la teoría del árbol podrido y en España está reconocida constitucionalmente desde 1984 a raíz de una sentencia que un año después tuvo su plasmación en un artículo de la LOPJ, el 11 que dice 

“En todo tipo de procedimiento se respetarán las reglas de la buena fe, y no surtirán efecto las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentando los derechos o libertades fundamentales”.


miércoles, 2 de febrero de 2022

El Conquistador

Si hay un rey en la historia de España que merece ser recordado es sin duda Jaime I, conquistador de dos reinos, pues no en vano su nombre es el mismo que el del Santo Patrón de España Santiago.

Movido por esta convicción me metí de lleno en la lectura de la novela El Conquistador de José Luis Corral. 700 páginas apasionantes que me han acompañado en mis horas de desvelo. 






Del autor recordaba con pena no haber leído su vida de El Cid que estaba por mi casa pero para la que nunca tuve ocasión. Curiosamente en esta novela he descubierto que la espada de Jaime I era la Tizona, de igual nombre que la de El Cid, y que quizá fuera o no la misma, nunca se sabrá. 

("[...] cuando señoras son sus hijas de Navarra y Aragón. Hoy los reyes de España sus parientes son", así termina el Cantar del Mío cid, sabemos que existía vinculación entre ambos a través de la hija de Cid María Rodríguez y el recuerdo del castellano debió de estar muy presente en la toma de Valencia)


El estilo de la novela es ameno aunque no perfecto, lo mismo despacha en dos líneas una batalla que se tira una página larga para comentar con inusitado e innecesario detalle un escarceo amoroso (por usar un término romántico aunque inexacto) del rey con una joven doncella. 

Novelar una vida es siempre difícil, porque no suelen responder a una estructura típica de planteamiento nudo y desenlace, y porque las personas no solemos ser precisamente coherentes ni consecuentes sino repetitivas, aburridas y contradictorias. 

Aceptando estos condicionantes  embarcarse en la vida del viejo rey, longevo en años y en reinado es sin duda apasionante aunque las reseñas del libro por alguna ignota razón parece que se centran en remarcar y cito literalmente  "imprescindible para comprender la configuración de la España contemporánea y rebatir, con el rigor del relato histórico impecablemente documentado, el mito independentista de la mal llamada «Corona catalano-aragonesa»". (¿?)

Tras leer el libro y como habitante de territorios que fueron de la Corona de Aragón (que no del reino) no entiendo por qué aparece esa frase en la reseña del libro. 

No la veo ni pertinente ni justa para el libro ni para el Rey. 

Evidentemente las coronas que compusieron España, bien fuera la de Castilla o la de Aragón, no se limitaban a los reinos de homónimos: la de Castilla incluía reinos distintos como el de Galicia, León, Jaén, Murcia Granada, posteriormente Navarra, por no contar con diferentes señoríos como los vascos, la de Aragón incluía Aragón los condados catalanes, posteriormente Valencia y el Reino de Mallorca, además de otros en Italia) 

Jaime I fue un rey que amaba Cataluña de la que llegó a decir que era el mejor reino de España (sí, le llamó reino aunque no en un sentido jurídico sino como hoy hablamos de país sin referirnos a un Estado) y la lucha contra los  musulmanes la enmarcaba en un salvar a España, que parece confirmar que sí existió un sentimiento de reconquista (mal que le pesara a Ortega y Gasset), y parece que tenía cierta inquina a Aragón por lo mal que se lo habían hecho pasar en varias ocasiones.

En todo caso, como buen rey de su época tenía un sentido patrimonial de sus dominios y en el libro se pierde la cuenta de la cantidad de veces que cambió de testamento fragmentando sus dominios entre sus hijos. 


Creo que esta novela es un libro recomendable para entender la Edad Media Española y el sentimiento de cruzada de aquel rey educado entre templarios. Sin duda, leer novela histórica sigue siendo, para conocer la historia, la mejor manera de "instruir deleitando".