W. Gregory Stewart «Dédalo»
"Padre, si lees esto, estoy muerto, un ceroso jirón de carne y alas desplumadas. Si lees esto, sabrás que intenté tocar el sol, y sabrás que en esto he fallado. Mas no llores, padre mío; no llores por mí. Pasamos nuestro año más entrañable en un espléndido sueño común. Recogimos plumas en secreto, paloma para la parte inferior y halcón para envolver los vientos en el extremo. Pinzón y águila, también pato; el cendal mismo alineado, acomodado a lo largo de su vara, luego oculto, ordenado por tamaño y clase detrás de las puertas detrás de las puertas (contra los vientos y los ojos curiosos). ¡Y las colmenas! Oh, padre, ¿recuerdas las colmenas? Las abejas despojadas del panal en vez de la miel no estaban menos enfadadas por ese robo menor. Te eché lodo encima y reímos, tú tan de la tierra ese día, como yo (tan fugazmente), he sido de los cielos. Padre, te ruego, no derrames lágrimas por mí. En cambio, una promesa: custodia ese sueño. Hubo arrogancia —y accidente— Pero no en el sueñ