Encogerse de hombros
Me siento a la mesa en una comida de amigos y alguien me pregunta que si me p a rece mejor la re p úbl i ca o la monarquía, y yo le miro y me encojo de hombros ; es u n gesto muy m í o, una actitud de expresar que no sé p o rqu é tengo que opinar de todo; podría decirle que la forma pol í tica de España no es la monarqu í a si n o la democracia pero sería un debate est é ril puramente nominal y aprior í stico. Yo realmente estoy a otra cosa, me motivan mis libros, mis laminas, mis ár b oles, mis gatos , y por el contrario me aburren los reyes y las princesas sean hereditarios o aupados por la mitad más una de las urnas . Enciendo la tele y veo a Narciso enamorado deshojando la Margarita, “ venga, vale que me quedo ” , dice finalmente él, y yo apagó la imagen, es que no me interesa , ni para bueno ni para malo, estoy a otra cosa, en que mi cliente me pague, en que el Ju z gado me señale fecha, en que la notaría me responda algo, y sobre todo en que mi móvil tenga