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Mostrando entradas de 2019

Lucio Vario, poeta latino

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Cuenta Leopoldo Alas "Clarín", en forma de cuento, la historia de Lucio Vario, poeta latino, cuyas obras quedaron perdidas en el pasado y al que una musa profetizó que escribiría para el olvido: los ratones, la humedad y la barbarie harían olvidar y perder sus obras, lo que el futuro llamaría saber clásico no le incluiría porque nadie lo conocería.  Cuenta Clarín, haciéndolo pasar por ficción, que esto lejos de amilanar motivó a Lucio, potenció su inspiración y le llevó a componer más y mejor  liberado de las cadenas de la fama y del ansia de posteridad. Termina Clarín su relato con " y Vario, que el mundo no conocería, mientras vivía, era poeta" . Y mientras vivía era poeta. "Era" es, sin duda, de las formas del verbo ser la más bella: pretérito imperfecto, presente de un pasado que no acaba. Tres fueron las vidas del hombre en nuestra tradición medieval y renacentista: la vida de este mundo, la del otro y la fama.  Pero la de Vario no es fa

Dialogo

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Dialogar implica al menos siempre dos personas, al menos dos puntos de vista. Cuando dialogas, si lo haces de buena fe, de forma honesta (como hay que hacer las cosas) estás reconociendo al otro como un igual, alguien que merece atención, al menos como la mereces tú, y como ser racional, como persona susceptible de entender y seguir tu hilación mental. Esto tiene dos implicaciones: le reconoces como igual y como dueño de sus opiniones y del derecho a cambiarlas o no. Y lo que es ciertamente más relevante: te reconoces tú mismo como su igual  y como dueño de tus puntos de vista y del derecho a cambiar de ideas, conservarlas o adaptarlas. Igualdad, libertad y propiedad son condiciones de la vida humana, de la vida biográfica única e individual. Por ello no debes pedir que te den la igualdad, sino que no te la quiten, no debes pedir libertad sino evitar darles poder para que te priven de ella, y debes defender lo tuyo, aunque sea simplemente la dignidad.

Lo moral y lo bello

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Una vez, en las “redes”, seguí a un escritor, en cuyo muro   comentaba, entre otras cosas, series de televisión sentando cátedra con juicio inamovible. Tenía un cierto gusto por las de mafiosos y narcotraficantes, de malos   a fin de cuentas basadas muchas en la realidad, series que yo no soy capaz de disfrutar porque no llego, en mi limitada forma de ser, a discernir el mensaje estético del moral…. El Escritor (le llamaré con mayúscula, se lo merece) es de esas personas que solo conjugan los verbos en primera persona de singular…… Se quejaba de no haber alcanzado el éxito, de no tener demasiados lectores, y cuando hablaba de si mismo solía matizar que, estando sus orígenes en la poesía, lamentaba que lo hubieran encasillado como autor de género…. Del Escritor, como persona, al menos en lo que traslucía en sus opiniones personales, solo puedo decir que me decepcionó la mezcla de petulancia y talento, aunque no negaré que sus obras están escritas en un castellano excelente  
Un amigo en la distancia, de cuando tenía fcbk, escribe en su blog "un continuo transitar entre personas y lugares" ¿hay acaso mejor definición de lo que es la vida?

Galdós

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Estas navidades seguiré leyendo a Pérez (más conocido como Galdós), ya llevo 17 episodios nacionales , y el 18 lo tengo ya algo avanzado. Creo que es con diferencia de los mejores prosistas en castellano. Su conocimiento de las personas, de la historia y hasta del paisaje le hacen muy recomendable, pero hay un aspecto que me ha sorprendido y es su intenso sentido del humor . Ya de adolescente leí algo de él, pero de Marianela recuerdo su patetismo, y de Fortunata y Jacinta su enormidad, sin embargo estos episodios nacionales me han descubierto su gran sentido del humor que personalmente creo que caracterizan la obra. No voy a decir que no haya heroísmo, épica o sentimiento doliente por la Nación en sus libros, pero es el humor a la hora de describir los personajes lo que lo humaniza, y hace de las historias que narra un lugar habitable. En varios lugares y de diferentes personas leí o escuché eso de que "lee (al menos) la primera saga" "porque recoge el grueso

Círculo virtuoso

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La Guerra Civil terminó en 1939, el año que nació mi madre. De mi abuelo no sé demasiado, cuatro cosas dichas en voz baja por su hija que lo adoraba. Al parecer fue un hombre reservado que murió antes de tiempo. Nunca hablaba de la guerra. Tuvo la desgracia de vivir en la provincia que más tiempo fue República, aquella en que la guerra duró más.  Aun hoy me sorprende que el recuerdo de la guerra marque a tantos. Mi abuelo salvó la vida de milagro, un día los milicianos, quizá comunistas, quizá anarquistas, lo cogieron para darle el  paseillo  junto a otros. La intervención providencial de un amigo lo salvo, “Pero chicos, si es  Jeromo ” parece que dijo, y lo sacó de la fila. Mi abuelo huyó, se escondió en su casa y luego en la Sierra de Orihuela, como antaño habían hecho los guerrilleros y los bandoleros, en especial el desdichado Jaime Alfonso el Barbudo.  La guerra en Alicante fue cruel. Mi abuela fue tratada de fascista por tener un cuadro de la virgen en su dormitorio. En el

En defensa de la valentía

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Uno de mis escritores preferidos es C.S. Lewis, autor de las crónicas de  Narnia , de varios libros sobre religión y otros asuntos variados y de una trilogía de “ciencia” ficción llamada de  Ransom  (¿es la teología una ciencia?)  El segundo de los libros de la trilogía transcurre en Venus donde el protagonista es enviado para que intente evitar que el diablo tente a la Eva del lugar y le haga caer en el pecado original. En lugar de comer una manzana la tentación en Venus consiste en convencerla para dormir en tierra firme en lugar de en islas que flotan y basculan con las olas del mar.  El diablo adopta distintas estrategias pero la más persuasivas es el diálogo, habla y razona, con tal solvencia y convicción que el protagonista se da cuenta de que la Eva venusina está vacilando y valorando lo que le dice. Descubre entonces nuestro protagonista una verdad: la inteligencia es, en manos del maligno, un simple medio para su fin.  Ransom , al comprender su incapacidad de ganarle d

A vueltas con Marías

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Leo en internet, en el blog de uno que es lector, como yo, de Julián Marías, que solo vio a Marías una vez. Fue en una feria del libro de Madrid, y lo vio solo, sentado en su caseta, mirando a la gente, sin que nadie se acercara a comprar su libro ni a que se lo firmara.  Dice este muchacho que, al conocer la muerte de Marías se arrepintió de no haberse acercado en aquel momento a romper su soledad y decirle lo importante que su obra había sido para él. Quizá de todos los que allí estaban, curioseando en la feria del libro, él fuera el único que supiera quien era aquel hombre ya mayor, con tantos años como ilusión y que tan pocos lectores como huella parece haber dejado.  Aunque suelo citar a Ortega y Gasset, mi verdadero maestro intelectual es Julián Marías, su mejor discípulo. Sus libros, no todos, se siguen reeditando, pero su legado se va difuminando.  A tiro hecho, imagino, es fácil arrepentirse de no haberle comprado el libro, pero dos mil quinientas pesetas que valdría e

Cartas hoy perdidas

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La vida de mis padres fue una historia de amor, aunque no todo el tiempo y no desde luego al final; pero hubo una época y hubo navidades en que sí lo fue, de forma plena y de forma apasionada. Quizá yo no viví aquellos dias, o quizá no los recuerde por mi poca edad, pero que algo no dure, que no dure al menos para siempre, no significa que no fuera real aquel amor de película. Un amor como el de Romeo y Julieta o como el de Calixto y Melibea, solo que a diferencia de aquellos no se truncó por la muerte y el tiempo no lo mitificó ni ante sus ojos ni ante los de los demás.  Siendo novios (antes de que se casaran, que tuvieran seis hijos, uno de ellos para el cielo, antes de que compartieran las mañanas de los sábados pintando de color las persianas y las sillas en el patio, y sobre todo antes de lo que después vendría) él marchó a la guerra.  En casa se conservaron un tiempo aquellas cartas que se cruzaron y las fotos que  enviaba desde África. Eran cartas hoy perdidas, que muy de ni

El Tiempo

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Tengo una amiga, algo mayor, que hoy se me ha quebrado. El motivo es fútil, casi pueril. Un comercial se le ha presentado en su estudio y le ha empezado a ofrecer su productos, entre los que figura una página web, un posicionamiento ceo, y un boletín de noticias para sus clientes, boletín con su logotipo en edición impresa de 25 ejemplares. "La idea", le ha dicho, "es que tus clientes y tú lo tengais en vuestra zona de espera, o en el taller de tu mecánico, en la panadería donde compras.... es publicidad pasiva, que prestigia tu marca y te atraerá nuevos clientes, además de enlace a fcbk, twiter y linkelin". Mi amiga, es persona discreta, seria y callada, le ha atendido pero no ha contratado nada pese a que solo eran 1350 euros.... Luego me ha llamado, y se ha quebrado, apenas la entendía, pero el mensaje estaba claro. El tiempo había matados sus ilusiones, ella empezó precisamente escribiendo un boletín que mandaba a sus contactos, hizo su propia página que dejó
He leido un ensayo, "Sapiens", de un escritor para mi desconocido. Parece que ha tenido mucho exito, y lo cierto es que después de leerlo puedo comprender los motivos. Es ameno, ágil y sobretodo cuenta una historia: la de la humanidad. En cierta forma me recuerda el comienzo de la película 2001, desde que el hombre descubre la herramienta hasta la exploración espacial. El enfoque es definitivamente distinto. Parte de entender que hace 70.000 años se produjo una revolución cognitiva en el ser humano, habría un antes y un después, y de ese factor surgió algo que hasta ese momento no había existido: la capacidad de expresar y compartir algo que no fuera real ni falso sino simplemente imaginado. Lo que podríamos llamar la capacidad de crear un relato o simplemente relatos. Debo decir que para mi esa idea es la clave del libro, lo que lo salva. Lo demás, sus reflexiones sobre agricultura o capitalismo son secundarias aunque imagino que serán de lo más llamativo para los lectores