martes, 10 de marzo de 2020

FILOSOFÍA ESPAÑOLA Y CIENCIA FICCIÓN AMERICANA


Hace poco viendo Star Trek Picard, esa enésima serie del universo trekkie, hecha con esmero y cariño y quizá nostalgia, me sorprendio ver en el episodio 3 a un personaje leyendo un libro cuyo título enfoca la cámara que permite leer: “Del Sentimiento Trágico de la vida” de Miguel de  Unamuno (en inglés). 


En el mismo episodio el personaje explica, de forma irónica, su comportamiento diciendo “será por mi sentido trágico de la Vida”. En el siguiente episodio,una compañera de travesía, viéndole leer, le cuenta que su padre también tenía libros en papel y le pregunta de qué va el libro, no le inquiere por el título ni por el autor, sino solo de qué trata y este, una especie de piloto aventurero con un pasado aun no desvelado, de forma somera le describe con acierto, creo, el tema del libro. No es por tanto una simple elección de un volumen exótico sino una forma de caracterizar al personaje remarcando algún aspecto de su personalidad y de sus motivaciones.

La novela "Farenheit 451" de Ray Bradbury comienza con una frase de Juan Ramón Jiménez “si os dan papel pautado, escribid por el otro lado”, no es evidentemente un lema filosófico pero sí habla de la actitud ante la vida, de la defensa de la libertad…. y más adelante cuando aparecen los hombre libro (¿spoiler?) uno de ellos, el Dr, Simmons se define como especialista en Ortega y Gasset, la elección no era casual, el autor sabía qué quería indicar al lector con ese detalle: aceptar la responsabilidad individual de forjar nuestra circunstancia vital.



De alguna manera el pensamiento español está presente más allá de nuestras fronteras. Es curioso comprobar esa huella en algo tan alejado como la ciencia ficción escrita en inglés en los EEUU, y hay algo peculiar en encontrar referencias orteguianas o en hablar de Unamuno en un hipotético siglo XXIV…..






jueves, 5 de marzo de 2020

Las bibliotecas


Un profesor dice en clase a alumnos de secundaria: el comunismo tuvo cosas buenas que los países capitalistas han copiado, ejemplo de ello son las bibliotecas públicas. Cuando el adolescente me lo cuenta le pregunto ¿pero sabe tu profesor quién fue Benjamín  Franklin? Seguramente lo sepa o al menos lo asocie a los rayos y las tormentas, pero ese adolescente a quien el sistema público de educación le ha garantizado creer que los países capitalistas copian de los comunistas las bibliotecas desconoce todo o casi todo sobre Franklin.

Benjamín Franklin fue un renacentista en pleno siglo XVIII, su autobiografía, incompleta pero apasionante, ha educado a generaciones de americanos y ha ayudado a forjar el carácter de una Nación. Miranda el héroe de la independencia de la américa española, lo admiraba.

Si tuviera que compararlo con alguien sería con Leonardo Da Vinci. Personalmente le tengo al americano más estima y cariño. Franklin, fue padre de la independencia de las trece colonias, su hijo por contra se mantuvo fiel a su Rey.

En sus escritos lo vemos como un enamorado de la lectura y la investigación. No patentó sus inventos pero sí los divulgó para mejorar a sus congéneres. Quien use gafas progresivas es deudor de sus lentes bifocales.  El modelo de chimenea o estufa que ideó y tiene su nombre ha ayudado a calentar millones de hogares y todavía lo hace, se le conoce por sus experimentos con la electricidad y suya fue la providencial invención de los pararrayos….

Le apasionaba entender la naturaleza y amaba las aplicaciones prácticas de los conocimientos. En sus escritos se aprecia un hombre frugal y enemigo de gastar en lo innecesario, hay una carta en que narra su sorpresa al oír a una anciano citarle una y otra vez para que la gente no gastara en comprar cosas que no necesitaba, y dice Franklin con humildad que salvo su vanidad por oírse citado no cree que nadie le prestara atención, pero él que había acudido a comprar tela para un gabán decidió darle una nueva oportunidad al que ya llevaba.

Era vegetariano, procuraba no comer animales, y en sus memorias cuenta cómo razonando se cargó de argumentos para comer unos bacalaos que le apetecían en una travesía en barco, decía que ese día aprendió que nos dejamos (auto) convencer de las cosas cuando nos convienen.

Franklin fundó una biblioteca pública que fue ejemplo para el resto en su país. En una asociación que había fundado para el debate y la conversación, “The Junto”, durante una temporada decidieron poner en común libros a disposición de los socios, pero los miembros no cuidaban los libros de los otros como  debían y finalmente se fueron llevando los suyos, así que ideó una biblioteca por suscripción convenciendo a 50 personas. Por una cantidad módica destinada a comprar libros cada socio tuvo a su disposición en poco tiempo una gran cantidad de volúmenes que convirtió a la sociedad de Filadelfia en una de las más ilustradas de occidente a similar nivel económico. Quien no fuera socio podía igualmente sacar libros previo un depósito por el valor de libro y una cantidad discreta a modo de alquiler. Esa fue la grandeza  de su proyecto, aumentar el nivel de exigencia de sus conciudadanos. Fue un filántropo, un visionario, un hombre respetado y admirado hasta en la Europa de su tiempo, y hoy es poco conocido por nuestros niños a quienes se les inculca que el comunismo nos habría legado las bibliotecas…..