Un día de guardia complejo
Es tarde y me llaman. Estoy de guardia y debo asistir a una víctima de violencia de género. Una más. Es aún más tarde cuando, cansado, entro en el palacio de justicia, la antigua cárcel. Por la mañana hervía de actividad, de noche lo veo extraño. Recuerda al decorado de un teatro a medio montar. Las luces encendidas, los pasillos vacios. La brigada de limpieza tiene un ritmo extraño, parece que juegan al fútbol. Me paro y me fijo. Intentan capturar una cucaracha. Una voz delatora grita, un pisoton fuerte retumba. Alguien se queja de que ahora tendrán que volver a limpiar. El vigilante no está en su puesto. Es tarde, y una persona aguarda. Aquí murió Miguel Hernández.
Menudo
ResponderEliminarpanorama
Ayer estaba muy cansado, creo que se me notó. Un abrazo
Eliminar¡Qué duras algunas guardias! Interminables, eternas… aquí encima, cuando no hay que esperar por el fiscal, hay que esperar por el médico forense o…siempre hay que esperar por alguien y tú ahí con tu defendida charlando hasta que ya se terminan todos los temas de conversación y sobre todo a horas intempestivas, es verdad, como que todo lo que de día se ve bullicioso y lleno de gente, por la tarde noche parece sin vida, dormido…pasillos desiertos, mesas bacías .. Estoy recordando, porque por fin pude darme de baja hace un año, hasta entonces como no éramos suficientes letrados, no me lo permitieron .. mucho ánimo! ¿ ahí murió Miguel Hernández? Eso sí que debe impresionar ¡ qué grandísimo poeta! ¡qué pena y qué grandísima pérdida!
ResponderEliminarAbrazo fuerte JOAQUÍN!
Qué bien has descrito la rutina de las guardias, lo peor que llevo son esos ratos dando conversación a personas con las que a veces no congenias. Yo me di de baja del turno civil porque estaba saturado de defender a ocupas e inquiocupas pero, aunque te des de baja del turno, el turno no se da de baja de ti y tiene uno que seguir defendiendo los temas hasta el final. Sí, los Juzgados son la antigua cárcel donde estuvo Miguel hernandez hay un monumento a la entrada de esos tan geométricos y abstractos que nadie sabe a qué se refiere y que no despierta ningún interés. José Antonio Primo De rivera sin embargo estuvo en otra cárcel que hoy es albergue y centro social.
EliminarPero estamos aquí para acompañarte, Joaquín; y tratar que tu guardia sea más llevadera. Grande Miguel Hernández.
ResponderEliminarAyer cuando te leí (os leí), me sentí muy reconfortado, gracias por estar ahí.
EliminarYo creo que toda guardia, ya por serlo, es dura en algún sentido.
ResponderEliminarBesos.
La mejor es aquella en que no te llaman pero aun así el tener que estar a disposición es algo latoso, pero vamos que se lleva bien, y es gratificante hacer tu trabajo. Un abrazo
EliminarUn relato inmejorable amigo mío. En pocas líneas has mostrado las caras y cruces de la vida, y como nuestra percepción puede ser distinta dependiendo de multitud de factores. Lástima lo de la violencia de género, lo de cualquier tipo de violencia. Besos amigo mio
ResponderEliminarMuchas gracias Margarita. Un abrazo
EliminarUna guardia que no deja de ser penosa y digo penosa, por tratarse una vez más de la violencia de género. Este tema parece no tener final, ¿hasta cuando?, este maldito mal que tanto horror y tristeza causa.
ResponderEliminarCuando era la antigua cárcel de Benalúa recuerdo de chiquillo que solíamos andar mucho por esas calles jugando, y nos metíamos mucho gritando a los guardas que estaban en las torretas, pues yo vivía en la calle Arquitecto Guardiola, muy cerca de la prisión. Y ciertamente ahí murió el gran poeta Miguel Hernández.
Saludos, Joaquín.
Arquitecto guardiola sería un sitio idla para un despacho. siempre me ha gustado Benalúa, tiene una luz y un trazado admirables. Yo vivía en Federico Soto, más centrico y más ruidoso. La violencia de género es una mal que perdurará generaciones, pero afortunadamente España es de los países del mundo donde menos hay. https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-97282020000300002&script=sci_arttext&tlng=es
EliminarCuando pienso la de guardias que hice por la patria y no cobre, me doy cuenta de lo viejo que soy. Eres un grande, Joaquín.
ResponderEliminartú si eres grande, parece que tu blog dialoga con el mio.
EliminarTienes una gran tarea social como trabajo, pero resulta penoso por la causa. Desgraciadamente la violencia está extendiéndose , con un aumento escandaloso y en todas las edades, desde la niñez...
ResponderEliminarEl genial Miguel Hernández, ¡Cuántas obras te habrás leído de él!
Breve e impactante entrada.
Abrazo.
Miguel Hernández no es fácil de leer, pero es verdad que era un gran poeta malogrado antes de llegar a la madurez de su potencial. Yo no creo que mi trabajo sea una gran tarea social, no al menos especialmente, pero muchas gracias por decirlo, reconforta leerlo. Un abrazo
EliminarBeautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarToda una obra de arte- Corto bueno- al grano- eres un verdadero blogger humano.
ResponderEliminarBeso
Gracias Mucha
EliminarLas rutinas de una guardia... entre lo liviano y lo urgente, lo que no puede esperar. Muy importante tu labor.
ResponderEliminarSobre la violencia contra las mujeres... creo que algunas cabezas cada vez están peor y tampoco veo soluciones o cuanto menos medidas que palíen, más bien al contrario. No sé si es efecto contagio/llamada, porque parece que se retroalimenten. Desde luego algo falla.
Ojalá tuviéramos soluciones ¿verdad? toca seguir a delante y hacer lo que se puede
EliminarYo odio las cucarachas, la verdad. Y lo de las guardias, son gajes del oficio
ResponderEliminarGracias. Espero no haberte molestado con lo escrito. Un saludo
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