Mis útimas lecturas
Llevo un tiempo en que me cuesta leer y concentrarme, no solo con libros, me pasa también con series y con películas y por supuesto con comics a los que ya he renunciado. Lo achacaba al calor, a mi presbicia galopante, a la edad, pero empiezo a pensar que la ficción quizá en este momento de mi vida ya no me interese. Al igual que hubo un tiempo en que dejé de leer ensayo porque pensé que había más verdad en las ficciones (la verdad de las mentiras decía Vargas Llosa) tengo la impresión de que el péndulo se está de nuevo escorando en sentido inverso. Esta semana he leído dos libros que me han devuelto en buena medida la pasión por leer.
Uno es una “hagiografía” de Felipe González, se llama “Un tal González” de Sergio de Molina. Se presenta como una “novela” pero es un ensayo con diálogos recreados y sin pretensión de exhaustividad, lo que se ha llamado un retrato o un perfil de un personaje.
Lo he calificado de hagiografía porque el autor desde luego siente admiración por el tal González o más bien desprecio por los que lo cuestionaron en su día desde Pablo Castellanos hasta José María Aznar, pero sin duda es una obra recomendable y muy bien escrita.
Lo de menos es si uno comparte lo que González hizo durante sus años de gestión, lo interesante es que es un relato bien escrito en que nos habla de cómo un partido que dormía en el sueño de la nostalgia regentado por exiliados en Francia despertó, abandonó las tesis maximalistas y supo gestionar una transición y varias victorias electorales. Hay momentos memorables en que los nombres de diversos ministros (ecos en mi memoria de cuando era niño) van cobrando vida y sobre todo sentido iluminando con una nueva luz esos recuerdos que para mí son parte de mi biografía.
Evidentemente como liberal no soy ni adepto a su figura ni a su partido, pero su historia es digna de consideración. Como he dicho el libro es “pretendidamente” objetivo, pero incuestionablemente pro González llegando a disculpar los aspectos más sórdidos mediante el subterfugio de comparar lo que otros países hacían en ese momento con lo que hacía España, me refiero al terrorismo de Estado.
También es curioso leer cómo retrata la figura de Alfonso Guerra, como un intelectual taimado, sabio y aburrido, con labia y a la vez cierta habilidad escénica y dramatúrgica.
Mientras lo leía pensaba que qué pena leerlo en un momento en que estos Zipi y Zape han recobrado actualidad, porque el presente, con sus fobias y filias del momento y lo coyuntural tiñen la historia de subjetivismo, haciendo verdad aquello de que las ramas no dejan ver el bosque.
El otro libro leído que me ha impresionado es “Entre Este y Oeste. Un viaje por las fronteras de Europa” de Anne Applebaum, una periodista estadounidense de origen polaco, que escribió un fresco de su viaje en 1991 por diferentes países que estaban surgiendo con la desmembración de la URSS.
Leído hoy día con el horizonte de la guerra de invasión en Ucrania es muy revelador para entender que las heridas no cerradas, las soluciones en vacío y legislar de espaldas a la realidad termina generando un caldo de cultivo que suele ser explosivo. Cada humillación causada en nombre de una nación o una identidad superior va generando una mística y un rencor que no es fácil que se olvide.
La historia de González que nos cuenta De Molina y esas cicatrices de la historia y la geografía que refleja Applebaum en Lituania, Polonia, Ucrania Moldavia y Bielorrusia quizá no tengan mucho en común y sin embargo leídas juntas y con la perspectiva que dan los años al tratar aspectos que si ahora son historia en su día fueron para mi actualidad te hace reflexionar sobre estos complicados días que vivimos en España ahora mismo; esas heridas que se están abriendo en estos momentos y que ni tan siquiera son cicatrices no curadas, tengo la impresión de que vienen días de rabia y rencor para muchos.
No se cuánto me durara este retorno a la no ficción, pero espero que estos “tiempos interesantes” que nos está tocando vivir pasen pronto y vuelva la rutina.
Hay cambios dentro de nosotros, como los hay fuera, o es quizás que un poco los de fuera nos conducen, no lo sé, pero si has vuelto a interesarte por la lectura; y ha sido con algo que te remonta a momentos de tu niñez, bien llegados los libros. Actualmente ya no leo como antes, si volviera a interesarme, quizás con algo de ficción, que la realidad ya cuesta digerirla. Ahora prefiero acomodarme en el sofá y ver alguna película, serie o documental, mi gusto reciente es por las españolas y argentinas; y vamos tirando, Joaquín.
ResponderEliminarPues tienes razón, hay muchas películas y series argentinas muy buenas, se podría decir de ellas casi como decía woody Allen del cine francés: que es un género en si mismo.
Eliminarfelipe gonzález y alfonso guerra siempre han sido muy cultos y muy buenos oradores, que no es poco. y en la época en que gobernaban, no me los imagino bailando ni haciendo ninguna de las patochadas que hacen los políticos de ahora. bailar, tocar la guitarra o hacer de dj para hacerse el simpático/a y luego ser una auténtica víbora con tus adversarios políticos, a mí me chirría.
ResponderEliminarLeer sobre estas personas que tenían cierto grado (mucho en realidad) de brillantez como personajes de una novela con momento de novela de suspense y otros de humor ha sido una experiencia enriquecedora. Ayuda a desdramatizar y enseña humildad.
EliminarHay un efecto post pandemia, guerras, que consiste en un cambio de rutinas, si es para estar más relajados, perfecto, pero lo malo es que me temo que no es así, sino estrés, incertidumbre, divagación, tristeza, etc. Etc.
ResponderEliminarYo también he estado leyendo muy poco a comparación de lo normal, este mes, retomé la costumbre. No nos vamos a dejar avasallar por el estado de cosas. Casi ni entre a blogger.
Saludos y gracias por las sugerencias que traes de libros.
Muchas gracias Sara, tus comentarios siempre son muy acertados en gran medida porque hablas con sinceridad y dejas ver a la persona que los escribes. Por eso leer tu blog es también muy aconsejable, tienes una mirada sobre la realidad que sabe trasmitir y eso no es fácil.
EliminarHace falta mas que solo ficción para que nos interese algo, Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, la ficción necesita un anclaje conla realidad puede no contar hechos reales pero incluso si es fantasía precisa cierto grado de verosimilut, puede contar historia s de amor o de sexo pero si no hay "verdad" en los personajes termina aburriendo. Como lector yo soy muy inconstante
EliminarCreo que ese libro de Sergio del Molino que reseñas y el de "La españa vaciada" deben ser los únicos que me faltan por leer del autor. Con este escritor no me importa la sinopsis de sus libros, que hable de lo que quiera, es el estilo lo que me gana. Por eso no me veo haciéndome admirador de Gonzalez. No soy de hacer un santoral con los políticos, me parecen humanos muy falibles y de dudosa moralidad. Pero sí lo leeré por la admiración al escritor y por esa magia que hace con la gramática. No estaba este en mi radar pero ya caerá.
ResponderEliminarSobre el otro concluyo como tú. Nos hace desear la rutina. En el este hay una pesadilla que debe acabar. Un abrazo y ya verás como te vuelve del todo el apetito lector. Esta desgana puede ser pasajera.
Yo no lo conocía y me ha encantado, incluso cuándo reconoce que con 18 años era un marxista convencido me ha recordado a aquella película en que Jack Lemnos se quita una peluca y dice "soy un hombre y su enamorado le contesta "nadie es perfecto", me reí mucho con su afirmación. Haré por buscar más novelas o libros suyos, creo que ahora mismo se escribe muy bien en España y no solo aquí, estoy leyendo a Juan Villoro que es mexicano y creo que es muy bueno, es un gustado leer sin traductores.
EliminarCon el tiempo vamos cambiando, es normal y además es maravilloso poder hacerlo, poder ver la vida desde nuevas perspectivas, hoy ciencia-ficción y mañana ensayos de actualidad. Siempre he pensado que nos falta vida para leer todo aquello que nos gustaría.
ResponderEliminarYo también ando desganada con la lectura.
Muchos abrazos.
Nos falta vida sí y n o solo para leer, si fuéramos conscientes de lo breve que es todo tomaríamos las cosas con más humor y alegría de disfrutar de cada momento, yo ya no me pongo ni objetivos ni caminos, voy por donde me apetece y me dejan. Un saludo
EliminarSiempre es muy interesante leer. Y también de agradecer las reseñas que nos dejas.
ResponderEliminarSiempre dedico un ratito a la lectura, preferentemente por la noche.
Un abrazo. Feliz fin de semana.
Leer Amalia es siempre como abrir una ventana al buen tiempo, tienes el don de transmitir paz y serenidad, gracias por pasarte.
EliminarCreo que son dos lecturas de bastante peso. La primera nos presenta un cambio que vivimos y necesitábamos. No lo he leído, Pero me parece interesante. Gracias por las reseñas, Joaquín.
ResponderEliminarMil besitos y feliz octubre
a mi me han servido para reconectar y eso se agradece. Un abrazo, nos leemos
EliminarSi no llega a ser
ResponderEliminarpor la corrupción,
creo que el, a mi
juicio , hubiera
sido el estadista
ideal , como en
su momento Aznar,
hasta que se le
ocurrió meterse
en camisa de
once varas,
obviamente,
por interés .
La tentación de caer en la corrupción es siempre colateral al poder y si se anulan los contrapesos y cautelas que es lo que se hizo, y aun hoy día se hace, aparece de forma inevitable. El libro lo que busca y consigue es indagar en lo que de bueno hubo
EliminarSaludos Joaquín. Ando igual, hace ya varios meses que no logro concentrarme. He estado leyendo cuentos cortos y microficciones para no perder el hábito. Me parece la mar de interesante “Entre este y oeste”.
ResponderEliminarDe los dos es el más interesante incluso desde el punto puramente literario
EliminarHola Joaquín, paso a saludarte después de un tiempo ausente de mis blogs.
ResponderEliminarTe agradezco las reseñas, me dejas con curiosidad...
Siempre me gustó la lectura, a veces, aflojo por tener otras actividades que me restan tiempo, pero no la "aparco".
Bueno, voy atrasada visitando a los amigos blogueros.
Te espero en el blog de Montse, esta semana no tienes que "adivinar" nada, jajajaja
Un abrazo.
Qué difícil y apasionante es el blog de Montse, un auténtico reto, su último post era muy hermoso con esas fotos de pinturas. Nos leemos
EliminarNunca hay que dejar de leer
ResponderEliminarinteresante escrito, que para ser sincero y por tiempo leí solo el inicio, prometo el fin de semana darle lectura a toda la entrada, con respecto al desánimo de leer, a mi me paso por mi presbicia, no sabia que padecía aquello, solo que cada vez que trataba leer se me ponía todo borroso, culpaba a los lentes, que no me servian, pero de lejos veía bien, y en el actual trabajo me percato que la pantalla del monitor me "bailaban" las letras, cuento corto, ahora tengo tres lentes, una para de cerca y otro de lejos, con cristales claros y para el sol.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, si has leído el principio has leído lo importante, yo tambien tengo vairas lentes de cerca y de lejos y para el ordenador
EliminarDos libros que se ven interesantes. Es cierto que pasamos por momentos en que nos atrae un tipo de lectura u otro. Para cada momento hay un libro, como un tipo de música o una calle para pasear.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias Manuela
EliminarComo dijo Gonzalez "Cuando nos dejen de matar a nosotros, dejaremos de matarles a ellos" el terrorismo es horrible porque matar lo es, lo haga quien lo haga. Yo, que me he despertado múltiples veces con el sonido de las bombas de ETA lo sé bien. Como decía Nietzche, cuando uno mira al abismo hay que evitar convertirse uno mismo en abismo.
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