El liberal que hay en mí
Dimite un político sórdido y tenebroso, amigo de dictaduras chavistas y creador del "en Venezuela se come tres veces al dia y si hay colas es porque tienen dinero para comprar, ejemplo de consumo sostenible" (cito de memoria sin pretensiones de literalidad).
No dimite por sus ideas liberticidas, malvadas y siniestras (en su pleno significado) sino por hechos "reprobables" reconocidos por él y relativos a denuncias anónimas y no tan anónimas de mujeres sobre presuntos maltratos, presuntos abusos y presunto machismo... los jueces decidirán, la opinión pública ya lo ha hecho, y sus compañeros, viejos añorantes del estalinismo, se finjen ofendidos mientras se frotan las manos.
Se va y deja esas perlas que lo hicieron famoso, del creador de "la hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales", nos llega la "contradicción entre la persona y el personaje" para meter como culpables reales al patriarcado y, en lo que a mi me atañe, al neoliberalismo.
Cuando se es "tonto del to" no se es consciente la propia tontuna, es parte de lo que se conoce como efecto Dunning Kruger, porque si se fuera consciente de la propia estupidez estaríamos ante un ser algo menos estúpido.
El mal absoluto no es capaz de reconocer ni la propia culpa de las acciones y a veces se encarna en un personaje con cara de niño y alma de monstruo para el que toda la culpa es de los demás. La maldad puede ser lista pero nunca es inteligente.
En breve, esta vergüenza nuestra pasará, y dentro de un cierto tiempo el monstruo, pretendiéndose sanado, buscará su rehabilitación social sin conseguirlo, le echará la culpa a los poderes fácticos, al patriarcado, a los medios, y al sistema.
La incapacidad de aprender de los errores que, como votantes, tenemos, pienso que también es explicable por el efecto Dunning Kruger. Nos creemos tan sabios (y cuanto más indignados más sabios, sin duda) que no podemos aprender nada nuevo (porque como Parménides sabía lo que es es y lo que no es no es). La culpa de que nuestras elecciones aupen a monstruos al poder nunca es nuestra como individuos sino de los políticos, de los partidos o del neoliberalismo.
Soy liberal, lo soy desde hace cierto tiempo... y cuando alguien acusa al neoliberalismo de todos los males, me siento interpelado, me siento insultado, pero no somos una minoria étnica ni racial, ni menos aun una orientación sexual...no tenemos derecho a quejarnos... los liberales solo somos liberales, un saco de boxeo al que golpear verbalmente y acusar de todas las atrocidades.
Seguramente en muchas facetas yo también sea "tonto del to", pero cuando hace unos años esta pandilla de bolivarianos chavistas se empezó a labrar su futuro lo viví con ojos aterrados, y el tiempo no me ha quitado la razón. Los hemos visto canibalizarse, revivir purgas estalinistas, dividirse en varios partidos, volver a unirse, traicionarse y traicionar sus ideales, contemporizar con terroristas, apoyar leyes injustas... y todo el poder que han tenido es el que la mayoría le ha dado. Ahora dirán que han eliminado la manzana podrida y que ya todo está bien.
Dan bastante asquete, sobre todo cuando se creen los adalides de un nuevo orden y son los primeros en subvertirlo.
ResponderEliminarUn saludo.
"Asquete".. me encanta como lo has descrito. Gracias
ResponderEliminarEl cinismo comunista,
ResponderEliminarEquiparable a la
tendencia de traicionar
de los sociatas.
Hay gente tan peligrosa que es un peligro para sí misma...😅
Eliminarhay gente tan imbécil como lo que tu escribes imbécil feo
ResponderEliminarGracias por dedicarme tu atención.
EliminarAún nos sorprende ver como alguien se saca la máscara y deja al descubierto su lado oscuro, no hay nada peor que tener una doble vida ¡da pena, da asco, da rabia!
ResponderEliminarMuchos besos.
Sí es lamentable, afortunadamente esta gente nos hace recordar la importancia de la honestidad
EliminarEs muy triste todo lo que estamos viviendo y aguantando con estos "politiquillos" corruptos, dominantes, y todos los adjetivos que se les quiera añadir. Es un tema que me pone enferma. Saludos
ResponderEliminarLa verdad que es vergonzoso todo lo que está sucediendo.
ResponderEliminarAsí nos va...
A peor cada vez.
Un abrazo.
A mi ver solo se maquilla la manzana y vuelve al ruedo, a hacer lo que sabe, pero mucho mejor, da igual si le protestan algunos, siempre habrá a quién culpar; y también habrá mentes olvidadizas que los mantienen allí.
ResponderEliminarBueno... como sabes, soy venezolano y al igual que tú me escandalicé cuando a finales del siglo pasado vi con angustia al mounstruo aparecer y a los intelectuales de izquierda hacerle mimos y alimentarlo hasta convertirse en lo que ahora es que, por cierto, hasta se tragó a los propios que lo alimentaron. No hay que ser profeta para saber como termina la película.
ResponderEliminarEn fin, mejor identificado no puedo estar con tu postura y tomo para mí este párrafo de oro:
Soy liberal, lo soy desde hace cierto tiempo... y cuando alguien acusa al neoliberalismo de todos los males, me siento interpelado, me siento insultado, pero no somos una minoria étnica ni racial, ni menos aun una orientación sexual...no tenemos derecho a quejarnos... los liberales solo somos liberales, un saco de boxeo al que golpear verbalmente y acusar de todas las atrocidades.
Son la hipocresía con patas. Decían que venían a regenerar... sin antes regenerarse ellos. Sepulcros blanqueados que no engañan a nadie. Pseudo intelectuales recalentados.
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