Días color sepia
La auto compasión es una instalación vital, una especie de celda oscura en que el preso parece complacerse, y mientras lo hace no ve que la puerta está abierta. Es un refugio ante una desdicha que impide ver que quizá no hay tal desdicha, o no es tan grave, o al menos que hay salida.
Hay, empero, otra trampa mental similar que es la culpa. El sentimiento de culpa nos absorbe recursos y energías, tiene la capacidad de bloquear nuestro actuar y de teñir de un color extraño los recuerdos.
Hace poco llamé a un amigo, un muchacho con grandes virtudes (inteligencia, empatía, simpatía, empuje y alegría....), virtudes virtuales hasta cierto punto puesto que no las ejerce.
El motivo de la llamada fue preguntarle por una flor que había visto, una planta que me ha salido en mi jardinera (tengo seis jardineras que uso a modo de huerto urbano) y cuyos frutos rojos brillantes me venían mirando de forma desafiante.
Me dijo que era una planta de "Bufera", una planta utilizada para infusiones y que al parecer se comercializa con un nombre sánscrito que soy incapaz de transcribir.
Al día siguiente este amigo me visitó (imaginaos un oso de peluche gigante, así era él, hasta que se apuntó al gimnasio: imaginad a hora a Arnold swazenenoséqué con cara de oso de peluche, así es ahora) y me regaló unas macetas con diversas flores para que las plantara. Me dijo que mi llamada le había ayudado mucho, que había llorado de emoción de ver que alguien se acordaba de él. Mi amigo, no lo he dicho, vive al borde de un precipicio hondo y peligroso, lo lleva haciendo desde hace tiempo.
Unas semanas después volví a llamarle, quería saber de él de sus rutinas, de sus cosas. La conversación no fue fluida, parecía discurrir a trompicones, entre quejas, lamentos, angustias y auto compasión. Me dejó muy mal cuerpo, una sensación de peligro (a modo de sentido arácnido) de haberme asomado a ese precipicio en que vive instalado.
Una vez le preguntaron a un serpa en el Everest que, guiaba la expedición y llevaba el cabo de la cuerda a la que los escaladores se atan en hilera como "seguro de vida", que haría si se produjera una caída de los escaladores en cadena y contestó: "soltar la cuerda", y en ese momento el periodista vio que el serpa no llevaba la cuerda atada sino solo cogida. Lo leí en el National Geographic, cuando aun la compraba en papel. La vida, en ocasiones, es como esa cuerda a la que nos atamos para creernos seguros.
Lo peor de la llamada fue que junto con el malestar me quedó un sensación de pereza ante la idea de volverlo a llamar que me incapacita para hacerlo.
Han pasado días y mi amigo sigue instalado en esa auto compasión de la que ha hecho refugio junto al abismo y a mi me ha quedado una cierta sensación de culpa que, de forma puntual, cuando me acuerdo de él, tiñe mis días y mis recuerdos de un cierto tono sepia.
Situaciones difíciles, no puedes hacer gran cosa, te deprimes ante la impotencia, de no conseguir reacción alguna, por parte del interesado en una mejoría.
ResponderEliminarMuchas gracias, hay cosas que solo el tiempo mitiga. De momento con estar ahí creo que hago lo que me corresponde, es cuestión de no agobiarse. Gracias
EliminarQuizá suene duro lo que voy a decir, pero nunca he soportado la auto compasión, el hacerse la víctima, no puedo con ello, me chupa la energía, por eso cuando alguien es así, espacio más las llamadas, porque sí, llamas para saber, para animar o simplemente para servir de desahogo, pero también quieres que la otra persona te pregunte que tal.., y a veces nunca hacen esa pregunta, simplemente se desahogan...
ResponderEliminarCreo que has dicho la expresión correcta "chupar la energia", y me has hecho recordar esa serie magnifica Lo que hacemos en las sombras, en que hay un vampiro emocional que chupa la energía, el único vampiro diurno. Si tienes ocasión échale un ojo, también hay una película previa muy buena en que se inspiró.
EliminarNo he visto la serie entera, pero si que he visto algo.. pensaba que era una película.. me hizo mucha gracia la verdad, lo de los compañeros de piso vampiros..
EliminarLamentablemente,
ResponderEliminarse lo que es ,
y si te dura
dos minutos,
parece que
son dos días
... o semanas
quizá .
No es consuelo pero saber que no es una sensación exclusiva de uno es un cierto alivio
EliminarSé de lo que hablas, Joaquín, lamentablemente te vas acomodando en esa sensación y la puerta está allí, pero puede que no la notes; y pueden intentar que la veas, pero si no quieres, seguirás ahí, cada vez más solo.
ResponderEliminarVi algunos documentales donde hablaban de eso, si corre riesgo tu vida, corta o suelta la cuerda.
Gracias Maia, todo lo que escribes tiene siempre ese sabor de la verdad. La imagen de la cuerda es poderosa ¿verdad? pero hay algo contraintuitivo en eso de no hacer todo lo que uno puede
EliminarEspero que tus días estén con más ánimo, Joaquín.
EliminarUn gran abrazo
Maia
Una situación delicada. Por mucho que intentes ayudar, es muy difícil.
ResponderEliminarNo debes de sentir ninguna culpa.
Un abrazo.
Muchas gracias. La culpa además es enervante, un desasosiego que en nada ayuda a nadie
EliminarNo deberías de sentirte culpable, ese amigo seguro que está pasando por una depresión que necesita la ayuda de profesionales para poder salir de ella y aún así puede costar mucho tiempo en sentir una mejoría. Saludos
ResponderEliminarSí, los profesionales son la solución siempre, no es que haya que poner en ellos todas las
Eliminaresperanzas pero tener la humildad de aceptar ayuda de profesionales es un paso ineludible. Muchas gracias
al decir lo de los sherpas, me has hecho recordar la aventura 'tintín en el tibet'.
ResponderEliminaryo suelo ser reservado con mis penas por ese motivo, no aburrir a los demás.
por cierto, me comentaste que ya habías empezado a leer a esther. la editorial publicó en la web una guía de lectura.
https://dolmeneditorial.com/guia-de-lectura-de-esther-y-su-mundo/
abrazos!
¿Te gusta Tintín? yo los estoy leyendo ahora poco a poco. Creo que conforme crezco me hago más chico y eso no es malo. Aprendes a disfrutar de las cosas. Muchas gracias por pasarte por aquí. Te echaba de menos y gracias por esa guia de lectura espero hacer uso de ella
EliminarA veces, por empatía, simpatía o mera compasión intentamos tirar de personas que se han instalado en la autocompasión, la amargura y la inacción rendidos ante su realidad que aun haciéndoles infelices, no hacen nada por cambiarla y es verdad, que a veces estos comportamientos se hacen críticos cayendo en depresiones que los incapacitan para sobreponerse y necesitan ayuda especializada e incluso medicarse para salir del agujero, sea como sea, si intentando ayudar y apoyar compresivamente no hay cambios, es verdad a veces hay que cortar la cuerda porque de seguir, podrían llevarnos a su propio agujero, hay personas que vampirizan la energía y te dejan seco jaja antes de que eso ocurra, mejor soltar la cuerda : ) Buen finde y un abrazo JOAQUÍN!
ResponderEliminarBuen fin de semana y un abrazo María. Muchas gracias por tus consejos y aportaciones. Tienes razón en todo
EliminarTe entiendo mucho, Joaquín.
ResponderEliminarNo puedo aconsejarte, solo decirte que a mí lo que me ha servido ha sido reconocerme a mí misma que, primero, no puedo ayudar a quien no se quiere dejar ayudar y, segundo, que aunque quisiera hacerlo, no estoy capacitada para ello.
Es más doloroso cuando la persona en cuestión no es un amigo, sino un familiar cercano.
Besos.
Muchas gracias
EliminarLa vida es esa cuerda que se rompe cuando más la necesitamos y no hay forma de volver a unirla antes de que todo se caiga.
ResponderEliminarSuerte,
J.
cierto estamos siempre pediente de un hilo cuya resistencia no depende de nosotros
Eliminar¿Y si el ha elegido, con sus actos ese calvario? La autocompasión, como el narcisismo, son dos características aberrantes para mi gusto del ser humano. Yo pertenezco a la tribu madrugadora, la que intenta hacer el bien. Esa pienso que ha de ser la tarea principal de todo ser humano, luego ya es la vida y las circunstancias, más o menos afortunadas, las que te llevan por unos caminos u otros.
ResponderEliminarMuchas gracias. Te estoy debiendo una llamada
EliminarEsas personas cansan, y te roban energía. A veces uno quiere ayudarlos, pero no se dejan. Es una pena.
ResponderEliminarSaludos
Vampiros emocionales cuya fuerza es nuestro sentido de la culpa por omisión. Un saludo
EliminarHola Joaquín, hoy te toca ya. Voy más lenta que el caballo del malo de la película...
ResponderEliminarNo es un tema trivial. Para ayudar hay que saber emanar empatía, energía, sensibilidad y cariño. Por supuesto, si la otra persona no es receptiva es una lucha perdida.
ES un tema interesante para debatir...
Un abrazo.
Muchas gracias, es un placer teniéndote aquí
EliminarSi él no se deja ayudar, no está en tu mano. Pero entiendo ese sentimiento. Ojalá tu amigo reaccione.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras
EliminarJoaquín, ¿has visto la película "Párpados azules?, leerte me la ha recordado.
ResponderEliminarUn abrazo
No, no la he visto, pero buscando veo que sale Cecilia Suárez así que la buscaré, seguro que está bien
EliminarEs una lástima esa situación. Pero, al menos, has hecho lo que has podido y eso se agradece.
ResponderEliminarMuchas gracias Alí
EliminarA veces nuestro camino se cruza en la vida con otros viajeros del destino, y nuestra buena educación, nuestra compasión o nuestra curiosidad nos hace enlazar nuestra nave con la de la otra persona. Quizá durante un tiempo. Quizá durante un infinito periodo de momentos forzados que al final no deseamos. Lo mejor, y en eso coincido con el sherpa, y es lo que yo hago, es soltar la amarra y permitir que mi nave siga su curso, con la libertad de seguir su propio rumbo, dejando que la otra nave a su vez siga el suyo. Suelo mirar hacía ese lado un rato. Ver cómo esa vida, ese acúmulo de sensaciones que me retienen en un espacio que me desagrada y que al final me hace daño, se esfuma entre la niebla. Y no niego que sin darme cuenta respiro aliviado. La vida es muy corta para navegar con un lastre tóxico. Puede parecer egoísmo, pero solo es supervivencia. Un abrazo Joaquín.
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