Jacinto y Fortunato, vaivenes de dos escritores

Conocí a Jacinto en una comida del Colegio de Abogados, es el típico hombre con carisma, vivaracho, alegre y que tiende a convertirse en el centro de todas las atenciones.

Alto funcionario en el pasado, hoy jubilado y escritor hace gala de ser abogado aunque nunca haya ejercido. Hay dos tipos de colegiados no ejercientes: quienes lo hicieron y temporalmente se han apartado y quienes nunca ejercieron o solo brevemente hasta que les salió "otra cosa" y continúan por un prurito de no-se-qué (quizá en su momento para evitar la exigencia que se impuso después de hacer un examen de acceso o quizá por un trasnochado orgullo de lucir el título de la profesión que en su día ejercieron Julio César o Séneca). 

Jacinto en todo caso se apunta a todos los saraos, lo vive en su faceta festiva y lúdica, lo disfruta apasionadamente. Si los buenos abogados saben de leyes, los excelentes saben de personas y el habría sido un excelente abogado por esa capacidad de hacerse con todos en todo momento quizá hasta con exceso.  

 

Como he dicho, ahora es escritor y no debe ser malo. Narra sus vivencias como alto funcionario en forma de novela para, amparándose en la libertad del creador, evitar demandas. 

 

Reconoce, sin embargo, y lo dice casi con pena, que le encantaría el escándalo de una o varias querellas de políticos importantes aunque, para ello, los políticos tendrían que leer (sus) libros. “Si se me querellan me hago rico” - bromea mientras vuelve a repetir el título de su última novela, autoeditada .... 

 

Quizá le vendría bien el respaldo y la promoción de algún premio o el soporte de alguna editorial relevante y esto me hace recordar un pequeño premio de novela que daba y en cierta forma todavía da la Diputación de Alicante: El premio Azorín de Novela que llegó a ser el segundo mejor dotado en España tras el planeta, hoy creo que es el sexto con sus 45.000 euros para el afortunado (antes de la crisis de 2008 alcanzó los 68.000 euros). 

 

Este premio, muy desconocido y sin apenas interés existe de 1970, pero la lista de premiados en la wikipedia solo aparece desde 1994 porque es cuando la Editorial Planeta empieza a tutelarlo. El primer año se lo dieron a un escritor conocido ya muy mayor al que llamaré Fortunato por la fortuna que alcanzó con el premio.

La novela que presentó Fortunato por extensión no cumplía y la editorial lo solucionó con un tamaño de letra desmesurado, amplios márgenes y encabezados y páginas en gran medida en blanco. Hubo quien cuestionó que fuera una novela o incluso que el escritor fuera consciente de que lo estaban usando para dar caché a un premio irrelevante. Dicen que más que presentar una obra "se la presentaron" utilizando una obra menor previamente descartada. Yo no lo sé. Lo cierto es que la crítica literaria del momento se cebó con él por su escasa calidad.

 

Y así estamos los alicantinos, dotando cada año con 45.000 euros un premio sin interés, que en nada recuerda ni a esta provincia ni al escritor epónimo, y ello para mayor gloria de una editorial que se sirve de él para promocionar a sus escritores “de plantilla” o aspirantes a serlo, mientras Jacinto se autoedita añorando que algún gerifalte se querelle y el escándalo salte a la portada de los medios.