La Abogacía y el lenguaje no sexista


 Me llegan unas pautas que nuestro excelso consejo general envía a toda la abogacía, dando ejemplos  para una correcta utilización de las palabras en nuestro devenir profesional. Sinceramente: toda ayuda se agradece, y por muy "letrados" que seamos lo importante es la humildad para estar abiertos a todo aquello que pueda  ayudar a nuestros clientes

Leo con detenimiento las pautas y aunque no puedo dejar de preguntarme por qué puede ser preferible decir "ancianos " en lugar de "los ancianos" , me surge la duda de si al redactarlo han pensado en el día a día de un abogado o de una abogada. 

Nuestro trabajo, el de los prácticos del Derecho, a diferencia de la labor de los teóricos del derecho no consiste en escribir artículos o dar conferencias, nosotros escribimos alegaciones y pronunciamos alegatos, y la diferencia es que nosotros atendemos al caso concreto. No hablamos de ancianos o jovenes sino de aquellos ancianos con nombre y apellidos que reclaman un complemento a su pensión concreta, o de ese joven que demanda una responsabilidad a un contrario. Somos parte actora o parte demandada, por lo que no veo mucho sentido a estas recomendaciones salvo si quien las ha redactado desde su torre de marfil ha olvidado lo que es el efectivo ejercicio de la abogacía: resolver problemas.



(CONCLUSION: "alternar el orden femenino y masculino. El orden importa.")


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